Mientras que a Europa el problema inmediato se lo plantean los musulmanes, quienes se lo plantean a los Estados Unidos son los mexicanos. Suponiendo que las tendencias y directrices actuales continúen, la población estadounidense, según demuestran la cifras de la tabla 8.2, cambiará espectacularmente en la primera mitad del siglo xxi, resultando aproximadamente un 50 % de blancos y casi un 25 % de hispanos. Como en Europa, los cambios en la política de inmigración y el cumplimiento eficaz de las medidas contra la inmigración podrían cambiar estas proyecciones. Aun así, el problema fundamental seguirá siendo el grado en que los hispanos se asimilen a la sociedad norteamericana como lo han hecho grupos inmigrantes anteriores. Los hispanos de segunda y tercera generación se encuentran ante una amplia serie de incentivos y presiones que les empujan en esa dirección. La inmigración mexicana, por otro lado, difiere en aspectos potencialmente muy importantes respecto a otras inmigraciones. En primer lugar, los inmigrantes de Europa y Asia cruzan un océano; los mexicanos sólo cruzan una frontera y como mucho un río. Esto, sumado a la facilidad cada vez mayor de los transportes y las comunicaciones, les permite mantener estrechos contactos con sus poblaciones de origen y su identidad con ellas. En segundo lugar, los inmigrantes mexicanos están concentrados en el sudoeste de los Estados Unidos y forman parte de una sociedad mexicana continua que se extiende desde Yucatán a Nevada (véase mapa 8.1). En tercer lugar, algunas pruebas indican que la resistencia a la asimilación es mayor entre los inmigrantes mexicanos que entre otros grupos de inmigrantes, y que los mexicanos tienden a mantener su identidad mexicana, como se puso claramente de manifiesto en 1994 en la lucha a propósito de la proposición 187 en California. En cuarto lugar, el área colonizada por inmigrantes mexicanos fue anexionada por los Estados Unidos tras derrotar a México a mediados del siglo xix. El desarrollo económico mexicano casi con seguridad generará sentimientos revanchistas entre los mexicanos. En su debido momento, los resultados de la expansión militar estadounidense en el siglo xix podrían verse amenazados por la expansión demográfica mexicana en el siglo xxi.
TABLA 8.2. Población de los EE.UU. por raza y etnicidad (en porcentajes).
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1993 2020 (est.) 2050 (est.)
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Blancos no hispanos 74% 63% 53%
Hispanos 10 16 25
Negros 13 13 14
Asiáticos e isleños del Pacífico 3 6 8
Indios noramericanos y nativos de Alaska< 1 <1 1
Total (millones) 263 323 394
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Fuente: Oficina Estadounidense del Censo. Populations Projections of the United States by Age, Sex, Race, and Hispanic Origin: 1995 to 2050, Washington, U.S. Government Printing Office, 1996, págs. 12-13.
El cambiante equilibrio de poder entre civilizaciones hace que para Occidente sea cada vez más difícil lograr sus objetivos en cuanto se refiere a la proliferación armamentística, los derechos humanos, la inmigración y otras cuestiones. Para minimizar sus pérdidas en esta situación, Occidente tiene que manejar hábilmente sus recursos económicos, como zanahorias y palos, al tratar con otras sociedades, para alentar su unidad y coordinar sus políticas a fin de dificultar a otras sociedades que enfrenten a una sociedad occidental contra otra, y para ahondar y explotar las diferencias entre las naciones no occidentales. La capacidad occidental de seguir estas estrategias estará configurada por la naturaleza y la intensidad de sus conflictos con las civilizaciones que representan un desafío, por una parte, y por la medida en que pueda identificar y desarrollar intereses comunes con las civilizaciones oscilantes, por otra.